Multiaventura, o “Sé tú el protagonista”, fue una de las
iniciativas de producción propia que aparecen en nuestro país tras el éxito de
los librojuegos, y puede decirse que se trató de uno de los proyectes más
ambiciosos y logrados. La colección, que incluía distribución a kioskos, ofreció
hasta una veintena de volúmenes con aventuras divididas entre historias de
ciencia-ficción y fantasía, y adaptaciones de clásicos literarios como Robinson
Crusoe, Sherlock Holmes, Tom Sawyer… o Drácula.
El invitado de Drácula, que toma el título de un primer borrador en forma de relato de la novela de Bram Stoker, es por tanto una adaptación en forma de aventura
interactiva de la obra original, en la que encarnaremos el papel de Jonathan
Harker. De esta forma, la trama se inicia con la visita al castillo del conde
en Rumanía, los sucesos que tienen lugar allí, el regreso a Inglaterra (por
medio del Deméter, incluso), la muerte de la desdichada Lucy y su regreso, la intervención
del Dr. Seward y Mina, el demente Reinfield… en definitiva, un buen trabajo de
resumen de la novela por parte de los autores, que por si fuera poco se
acompaña con las ilustraciones del gran Alfonso Azpiri.
El sistema de juego combina las elecciones típicas de hablar
con un personaje o no hacer, o escoger una puerta u otra, con algo de
interacción más próxima al rol. Así, al iniciar la lectura deberemos elegir
entre diversos objetos a adquirir según un presupuesto, van desde una Biblia a
una cuerda o ganzúas. Según los objetos que formen nuestro equipo podremos o no
realizar ciertas acciones a lo largo de la primera parte de la historia.
Igualmente, dispondremos de una serie de puntos de vida (indicados por los
murciélagos de las páginas impares) y se nos permitirá usar la estaca, los ajos
o el crucifijo según el resultado de las páginas pares: este sistema es que
utilizaremos en la segunda parte del volumen.
Y en medio de toda esta trama, conclusiones en las que acabaremos
con el vampiro antes de llegar a Londres, otra donde intervendrán el Dr. Seward
y Mina, y no faltarán los finales donde acabemos precipitándonos al vacío desde
lo alto del castillo de Drácula, o convertidos en vampiro. Toda una aventura
para aquellos que han leído la novela original, y también para los que aún no
lo hayan hecho.

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